Desde el exilio, Tamara Suju sigue luchando por Venezuela
Cuando aún vivía en Venezuela, la abogada Tamara Suju, especialista en Derechos Humanos, miembro de Foro Penal y otras ONG, fue acusada de “traición a la patria” y “desestabilización”. Así, pasó a convertirse en otro objetivo político del régimen. Amenazas públicas iban y venían. Nada fácil para una mujer y madre. Tamara optó por salir del país, mas no abandonarlo. Hoy dice seguir con detenimiento lo que ocurre en su patria, a pesar de encontrarse muy lejos, al menos geográficamente. La República Checa le proporcionó asilo político en 2014 y Tamara, con la misma energía e ímpetu que siempre la ha caracterizado, sigue enfocada en mostrar al mundo las injusticias en un país dirigido por un Gobierno que se llena la boca con palabras como. Democracia, libertad, felicidad… pero que muestra índices de caos, terror y tiranía.
-¿Cómo es tu vida allá?
-Bueno, antes de estar presa y tener prohibición de salida del país, antes que me prohibieran ser útil, decidí salir de Venezuela y seguir siendo de útil a todas las personas y causas a las cuales participo y es lo que estoy haciendo. Desde que llegué a la República Checa, y me concedieron el asilo en el mes de noviembre, mi vida es súper activa, he recorrido Europa, Parlamentos, ONGs; he estado en contacto con muchísimas personalidades.
-Hay quien puede creer que tú estás allá tranquila, que te desentendiste del país y ya.
-No, yo creo que el que me conoce un poco y ha seguido lo que he hecho, sabe que no tengo descanso. Yo vivo en dos horarios; vivo en el horario de Europa que es el de 8 de la mañana a 3 de la tarde, en el cual trabajo y hago cosas que tienen que ver con el instituto para el que trabajo, el instituto Casla, en Praga, para el estudio de las democracias. De 3 pm a 2 am estoy en los tiempos de ustedes (venezolanos), hasta altas horas estoy atendiendo denuncias, casos, hablando con la gente de Venezuela. He podido tener un equilibrio entre las funciones que tengo como directora ejecutiva en el Casla, entre las funciones que tengo como coordinadora internacional del Foro Penal y como venezolana. Así que no me he olvidado de mi país y creo que a veces soy voz de los que no tienen voz allá, eso me alegra muchísimo.
-¿Qué tan duro es ver todas las cosas terribles que están ocurriendo en el país?
-Siento impotencia, indignación, tristeza, a veces me siento abatida porque no puedo hacer más o porque no puedo ayudar más. Sobre todo cuando me entero de casos de tortura, casos de maltrato sobre muchachos y jóvenes, es a veces indignante pero eso me da fuerzas para seguir adelante. Me mueve aparte de la indignación, el ser mujer y ser madre. Hoy en día hay tantas cosas para comunicarse con Venezuela que no me siento lejos, estoy muy a gusto haciendo lo que hago y segura de lo que hago, que es lo que no tienen hoy los defensores de los DDHH en Venezuela.
-Dame tu perspectiva de tu país, el país donde no se respetan a los que, justamente, luchan para que se respeten los DDHH…
-Muy preocupada, las amenazas que reciben los defensores de los DDHH, el seguimiento… En nuestro caso, te puedo hablar de los integrantes del Foro Penal Venezolano, en programas como el de Diosdado Cabello, los exponen al escarnio público, instigan al odio contra el director ejecutivo Alfredo Romero, contra Gonzalo Himiob, contra abogados del Foro Penal en el interior del país. A los abogados defensores que acuden a las instancias internacionales los persiguen, los siguen, vuelven a ser otra vez objeto de denuncias y el Foro Penal está siendo investigado. Esto me preocupa mucho, yo sé y viví lo que es estar con esa tensión continua, todo el tiempo haciendo un trabajo pero a la vez sabiendo que en cualquier momento puedes ser una víctima más de lo que es esa zozobra perenne.
”Lo que me preocupa no solo es la criminalización de nuestro trabajo, sino esa falta de seguridad que sienten los venezolanos que salen a la calle y no saben si regresan, porque los índices de criminalidad son tan altos que cualquiera puede ser objeto de la violencia Además, cuando estás tan señalado, además de estar expuesto como todos los venezolanos, te conviertes en un objetivo más. Espero que de alguna manera lo que se vivió en el comité de DDHH en Ginebra, sirva para generar protección a los miembros de las ONG y que ayude un poco a proteger a mis compañeros de trabajo y de lucha. Si nosotros no denunciamos ni armamos expedientes, ante quiénes van a denunciar, ¿ante quién acude una persona normal para presentar casos sobre lo que le está sucediendo, si no es a las ONG?
-¿Cómo analizas lo que pasó en Ginebra hace unos días?
-Yo lo vi muy interesante, vi a una Fiscalía que llegó a defender un proyecto de poder, que llegó a decir que en Venezuela los DDHH eran protegidos y vi a la comitiva que estaba representando a Venezuela poco realista sobre las violaciones a los derechos humanos del año pasado y de este año. Porque no escuché a la fiscal ni a las otras personas hablar de casos graves y de torturas que ellos tienen, que ellos conocen. No escuché a la fiscal hablar de la muerte de Alejandro Márquez, no la escuché hablar de la golpiza sufrida por Jaime Yépez o el esclarecimiento del caso de Geraldine Moreno. Muchas palabras, mucha retórica, muchas manifestaciones de que se sentían incómodos con las preguntas que les hacían los expertos, pero ninguna conclusión y ninguna explicación de lo que les preguntaban, entonces ahora vienen las recomendaciones que se harán al Estado venezolano y yo creo que serán bien específicas sobre casos que ellos recibieron de todos los informes y ojalá algunas de esas recomendaciones sean acogidas y esclarecidas, porque no haypaz sin justicia.
-El problema es que organismos internacionales ya han emitido recomendaciones y este Gobierno no les presta atención a las mismas. ¿Cómo queda un país así?
-Primero yo creo que en este momento en el mundo, y puedo decirlo porque lo estoy viviendo desde afuera, se conoce lo que está pasando. Puedo comentar que, desde el año pasado a éste, la percepción de lo que está ocurriendo en Venezuela en materia de DDHH es otra, totalmente distinta a hace dos años. El Gobierno está desnudo ante el mundo, ante las organizaciones internacionales, ante los gobiernos. Que todavía haya gobiernos latinoamericanos haciéndole el juego al gobierno venezolano es otra cosa. Pero ¿hasta cuándo pueden ellos esconder lo que está pasando en Venezuela? Incluso su propia gente se los está reclamando hoy en día. Entonces es muy interesante que este conocimiento de lo que está ocurriendo en Venezuela, poco a poco puede aislar al Gobierno. Y es que va dando algo así como asco ser amigo de un Gobierno violador de DDHH, sino es asco es cuidado.
-Ya hay como una voz generalizada a nivel mundial en contra del Gobierno Nacional…
-No es solo una voz, es una exigencia, es la exigencia de la liberación de los presos políticos, el cese es la persecución, que se respete la libertad de prensa, la libertad de expresión, y además lo que podría venir ahora con las elecciones parlamentarias y que se permita la observación internacional; pero como decía antes, hoy en día es muy distinta la percepción sobre Venezuela. Estamos en la mira mundial y eso es una esperanza.
-¿Crees que un país puede mantenerse en este tipo de situación de irrespeto a los DDHH, a las libertades?
-Ahora es imposible que un país como Venezuela, que vive del comercio internacional y además importa la mayoría de lo que consume, se mantenga siempre al margen de los Convenios Internacionales de DDHH. Hoy en día un país así no puede aislarse con una dictadura decretada; una como las de antes, de esas que bajan la persiana y cierran La puerta. Hoy en día las tiranías modernas son gobiernos despóticos que violan los DDHH, que oprimen a su gente pero que para afuera venden otra imagen porque tiene que salvaguardar el comercioy relaciones.
”Qué difícil fue demostrarle a la comunidad internacional lo que sucedía en Venezuela, porque Chávez siempre dijo lo que quería hacer y lo fue haciendo poco a poco, secuestrando el poder legislativo, el poder judicial y convirtiendo a la Fuerza Armada en un brazo más de la revolución, y tenemos a un país secuestrado por un proyecto de poder.
-En el tiempo que tienes afuera, ¿cuál ha sido la noticia que más te ha impactado de Venezuela?
-Yo diría que la detención de Ledezma en febrero. Siendo un alcalde, la forma en la que lo hicieron, sin orden de allanamiento, sin orden de aprehensión, pasando por encima de cualquier principio de respeto hacia una persona electa por la gente. Pienso que eso fue un quiebre en las cosas que puede hacer el Gobierno en Venezuela violando la Ley.
Por ejemplo, yo tenía conocimiento sobre la cárcel de “La Tumba” desde el año pasado, pero saber cómo se manipula la información sobre la misma y cómo lo transforman y arreglan para camuflar que en si misma, «La Tumba» viola los DDHH es inaceptable. Uno se pregunta por ejemplo, en el caso de Leopoldo en Ramo Verde ¿qué se creerá el director de la cárcel de Ramo Verde, Homero Miranda? A pesar de las denuncias internacionales, no le importa seguir tratando a Leopoldo López como lo trata. Así se sentirán ellos de respaldados en lo que están haciendo.
-Ninguno piensa en el futuro: que todos los gobiernos caen, terminan, y luego tienen que pagar lo que hicieron. Quiero pensar que la justicia va a prevalecer en algún momento acá en Venezuela.
-Ellos han tomado en cuenta que en algún momento la justicia llega, sobre todo en estos tratos crueles e inhumanos y lo que más me causa impacto es que a pesar que lo saben lo continúan haciendo. Yo vivo día a día pendiente de lo que pasa en Venezuela.
-¿Cómo quisieras que sea el momento en el cual regreses a Venezuela?
-Yo quisiera encontrarme con una Venezuela donde se respete la constitución y los derechos para todos, con una Venezuela en donde haya paz, que puedas caminar por las calles, y no seas asaltado, donde puedas exigir tus derechos y seas escuchado y no puesto preso por hacerlo. Espero ver una Venezuela próspera, donde se trabaje por el bienestar de todos aquellos que tienen riquezas e igualmente los que no tienen nada; deseo que todos tengamos las mismas oportunidades, que tengamos valores. Yo viví una Venezuela bonita, en la cual fui feliz, crecí estudié, y quisiera que esa Venezuela volviera pero mejorada, donde todos tengamos las mismas oportunidades. Que las riquezas se inviertan en los venezolanos, en futuro para los venezolanos.
Fuente: Newsweek en español